Flora y fauna de Malpica de Tajo



 

El Jilguero (Carduelis carduelis)

Etimología

El nombre genérico Carduelis provienen del latín {Carduelis} que significa "jilguero". El epíteto específico Carduelis deriva del latín {Carduelis} que significa "jilguero".

Jilguero

Descripción

El jilguero es una ave muy común, algo más pequeña que un gorrión, pero de un colorido que le ha hecho merecedor de su apodo “colorín”. En su cabeza, cuando son adultos lucen un plumaje de color rojo que cubre gran parte de la cara. Sus ojos de color negro y su pico de color blanquecino contrastan con el resto del plumaje que es de color castaño, tanto la zona ventral como la dorsal. Llaman la atención sus alas, que lucen colores amarillos y negros que le hacen inconfundible sobre todo al volar: también pueden advertirse unas pequeñas manchas blancas en las puntas de las primarias y secundarias. La cola es negra con manchas blancas en la punta. La diferencia entre machos y hembras puede apreciarse cuando ya han desarrollando completamente el plumaje. En los machos la mancha roja de la cara supera la línea de ojos, mientras que en la hembra no lo hace. Los juveniles son algo más apagados de plumaje y no lucen el color rojo y negro de los adultos en la cara.

Etología y hábitat

El jilguero suele habitar en bosques abiertos, zonas de cultivo, huertos, parque y jardines así como dentro de ciudades y pueblos.

En el suelo camina a saltos y se desenvuelve bien, manteniéndose en postura bastante erguida y llevando la cola bien pegada al suelo. En los árboles y arbustos prefiere posaderos altos. Si lo hace en una caña baja, pronto se lanza al suelo. Vuela con rapidez y potencia. En vuelos cortos recuerda una mariposa y más bien revolotea. Pero en distancias grandes lo hace de forma tan ondulada que se ha dado en llamar «vuelo danzante». Su vuelo es bajo, no suele alcanzar gran altura, lo hace luciendo el color amarillo y negro de sus alas. Suele volar en pequeños grupos, ya que es un ave muy sociable y casi siempre se la observa en grandes bandadas.

Jilguero posado

Su voz es muy apreciada por ser un canto de tonos melódicos muy agradables, una mezcla de trinos y reclamos y gorgojeos que hacen que este pájaro haya sido utilizado en cautividad de forma abundante. Los jilgueros comienzan a cantar, si el tiempo es soleado, en el mes de febrero. A menudo, a primeros de mes, pero más corrientemente desde el 15 en adelante. Canto en enero es ocasional. Con mayor fuerza lo hacen durante toda la primavera, y solamente quedan silenciosos en agosto y septiembre. Octubre contempla una reactivación en el canto, que cesa en noviembre y diciembre. Aun así, con tiempo excepcionalmente cálido, lo hacen a menudo.

Alimentación

Se alimenta sobretodo de semillas, que extrae con su fuerte pico de los cardos y plantas donde se suele posar. Es un ave especialista en este tipo de alimento y de posarse en cardos, de ahí su nombre científico.

Reproducción

El cortejo de los machos es un espectáculo no difícil de observar. El Jilguero es un pájaro de carácter agresivo y fácilmente irritable. Las peleas entre los machos, e incluso entre macho y hembra, son frecuentes, y se realizan en pleno vuelo de forma realmente espectacular y acompañadas de su típica voz regañante. En marzo los machos que ya están emparejados se acercan al posadero de la hembra y adoptan una curiosa postura, abombando el lomo y girando a derecha e izquierda mientras estienden ora un ala ora la otra, probablemente tratando de que el color amarillo de las plumas se destaque aún más y extendiendo la cola para que las «alubias» blancas de las rectrices sean también visibles. Las hembras no son seres pasivos ante estas demostraciones de los machos, síno que colaboran a ellas de forma muy curiosa, girando el cuerpo a un lado y a otro. El cortejo incluye, además, que los machos ceben a las hembras, mientras éstas, agachadas, entreabren las alas, que sufren un temblor muy acusado. La nidificación puede empezar en abril y ocasionalmente en marzo. En la última semana de abril se han visto muchas veces ya pollos volanderos. Sin embargo, como norma general, la mayoría de las parejas comienzan a construir en Iberia el nido entre el, 10 y el 30 de abril. Cada nido es una obra de arte que la hembra se esmera en hacer de forma impecable, y que abandona si nota que ha sido manipulado, aunque sea sólo ligeramente. Está formado normalmente por una compacta masa de musgo, raicillas, hierba seca, líquenes, lana y plumón vegetal, forrado en su interior con más lana y algunos pelos y plumas. Colocado en la rama lateral de un árbol o un arbusto, las alturas del suelo varian entre 1,8 y 10 metros. Ocasionalmente, más bajos, y también a mayor altura. Pero casi siempre entre dos y tres metros. El nido es tan pequeño que, con frecuencia, es difícil de encontrar, a no ser por la alarma de los pájaros cuando nos acercamos. El retraso en su construcción es debido muchas veces a que los jilgueros buscan poder ocultarlo bien entre las hojas y, en realidad, que casi siempre lo consiguen. Los árboles frutales, perales sobre todo, y los emparrados, son preferidos. También las coníferas, y en jardines donde hay alguno de estos árboles, sobre todo Cupressus, no falta un nido o dos en ellos. En pueblos y ciudades son habituales en jardines, anidando en plantas exóticas. Incluso en algunos pueblos del Norte se ven criar todos los años en matas de geranios en balcones que caen sobre calles de intenso tráfico. También en plantas trepadoras olorosas, árboles de adorno, etc. La puesta normal está formada por cuatro-cinco huevos. A menudo las hay de tres y seis, y son muy raras las de siete. Su color es blanco azulado y habitualmente tienen puntos y manchitas de color que varía desde el negruzco al violáceo o el rosa.

Jilguero sobre cardo

A menudo se agrupan en el extremo más ancho, y también hay huevos muy poco moteados, casi blanco azulados uniformes. Son lisos y brillantes, y la hembra incuba sola a partir de la puesta del tercer huevo. Si se la molesta, los abandona muy fácilmente. Muchos nidos de jilgueros se pierden en primeras puestas a causa de la falta de una suficiente cobertura vegetal y fuertes lluvias, no infrecuentes en abril, destrozan los nidos y enfrían las puestas. Las hembras son alimentadas en el nido por los machos, y durante doce-catorce días incuban sin apenas moverse. Al nacer, los pollos están cubiertos parcialmente con un plumón gris negruzco, relativamente largo y espeso. El interior de la boca es rojizo y se vuelve violáceo en el paladar. Los ángulos posteriores de la lengua son más pálidos, pero no se forman puntos bien definidos. Las comisuras son de color crema. Ambos adultos alimentan a los pollos con una mezcla de semillas e insectos, más aquéllas que éstos. Durante trece-dieciséis días permanecen en el nido, y al salir continúan siendo atendidos por sus padres por lo menos por otra semana más. Agrupados en pequeños bandos familiares, ocasionalmente los adultos ceban a los jóvenes aun después de muchos días de haber dejado el nido. Cada pareja realiza un mínimo de dos crías anuales y tres son frecuentes también. Los pollos que se ven volanderos en agosto, y alguna vez en la primera semana de septiembre, deben corresponder a terceras puestas.


Curiosidades

Es el ave que más fascinación ha ejercido sobre los niños de mi generación, por su canto y su colorido, el que buscaba y "se sabía" un nido de jilgueros era objeto de la admiración de todos y solía ser asaetado a preguntas para que revelase la localización del nido. Los nidos de los jilgueros están primorosamente confeccionados, tienen una forma perfecta, de color blanquecino grisáceo con paredes tupidas y lisas, como si fuesen fabricados por la mano de un esperto tejedor, en sí mismos constituyen una auéntica obra de arte.


-"De padres cantores, hijos jilgueros".

-"Jilgueros y ruiseñores, bonísimos cantores".