Flora y fauna de Malpica de Tajo
El nombre génerico anchusa en griego significa untar o pintar y el específico azurea es debido al color azul intenso de sus flores, aunque he localizado algunos ejemplares con pétalos blancos.
Es una planta perenne de altura hasta alrededor del metro y de porte erecto. El tallo se ramifica desde la base a partir del segundo año, y son muy ramificados sobre todo en la parte superior. Esta cubierta de pelos que la hace áspera al tacto y se convierten en finas espinas cuando se endurece o seca. Hojas lanceoladas, vellosas y verdes, las que salen de la base de los tallos más largas y de las ramificaciones menos pero todas con forma de lengua de buey (es otros de los nombres vulgares con que se la conoce). Las flores poseen cinco pétalos de color azul intenso (he localizado y fotografiado algunos ejemplares de pétalos albos), que están soldados en la base, formando un tubo cerrado en su parte superior por cinco escamas, están cubiertas de pelos y son hermafroditas. Son muy visitadas y apreciadas por las abejas por la secreción melífera de su interior. El fruto (suele madurar cuatro) es parecido a una nuez de 7-10 mm diámetro.
Crece en baldíos, lindes y barbechos (las fotos son de una parcela pasado el cruce de la carratera de Talavera en dirección Erustes) y en campos cultivados y siembras, sobre todo de secano, y mejor si son arcillosos. Si se cortan las flores marchitas se alarga la floración. Se multiplica por esqueje y semillas y florece desde el final primavera hasta mediados de verano. Aunque la planta tiene una vida corta (se seca en la temporada), se la considera perenne pues la raíz permanece y puede brotar la planta en la temporada siguiente.
Contiene mucílagos, sales potásicas, ácidos orgánicos y fenólicos (litospérmico). Las flores y las hojas de esta especie se han utilizado popularmente como antitusígeno, antiinflamatorio, diurético y sudorífico, después de secas, en extracto o en infusión.
Hoy está considerada como una planta tóxica, pero antiguamente, de críos, era tradicional chupar su flores por su sabor dulzón (de ahí su nombre vulgar). En tiempos, en algunos lugares, se consumían sus hojas y flores también en ensalada y en potajes, cuando no había otro alimento, y la misma razón impelía a usala como forraje para el ganado. Frontándola sobre las manos se utilizaba como sucedáneo del jabón y de la raíz se extraía una sustancia rojiza que se usaba en tintes.
Alcalcuces, alcaluz, alcolcuces, algamula, anchusa, ancusa primera, asperón barbudo, asperón encarnado, buglosa, buglosa oficinal, buglossa, cardoncha, chupaderos, chupador, chupón, chuponas, chupones, leguaza moruna, lenguabuey, lengua de buey, lengua de culebra, lengua de vaca, lenguas, lenguaza, lenguaza negra, lenguaza real, lenguaza seca, lenguaza silvestre, melera, miel de avispas y mielera .