Pregón de Guillermo Rojas Moyano en la fiesta de la Nieves de Malpica de Tajo (2001)
En esté 4 de Agosto, y en esta plaza del pueblo, quiero cantarle a Malpica haciendo de pregonero. Son muchas las alabaras, que desde aquí ya se hicieron, ensalzándole a Malpica otros buenos pregoneros. Difícil me lo han dejado, y no se como me atrevo, pero es tan grande el cariño que a Malpica yo le tengo, que me hizo decir que sí, cuando me lo propusieron. Y aquí estoy un poco reilón, es cierto, con un nudo en la garganta y nervios por todo el cuerpo. Os ruego que perdonéis, este osado atrevimiento, pero es corto mi pregón, y termino en un momento. Cincuenta y cinco, son ya, las fiestas que yo celebro, ¡y que distintas que son, de aquellas que ya están lejos! El cambio es casi abismal, y la pena es jovenzuelos, no las podáis comparar, y dejar de poner peros. Que ilusión que nos hacia, a los muchachos aquellos, que llegasen estas fiestas, que alegría y que contento, al llegar el mes de Agosto se nos inquietaba el cuerpo. ¡Vamos corriendo a la plaza! las barcas ya están poniendo, y también las voladoras, y el Güitoma y muchos puestos. ¿Cuanto cuestan este año? preguntábamos con miedo, una chica y otra gorda, como sabéis quince céntimos ¡de peseta no de euro!. Chiclana, Dios lo tenga allá en el cielo, se ponía en esta plaza con su puesto bien repleto, de almendras, de cañamones, cacahuates, caramelos, cigarros de chocolate, algarrobas, de todo tenían los cestos. Con sus bombillas fundidas, se ponía allí el tío Sergio, si con suerte la rompías, su explosión era tu premio. ¿Os acordáis del tío Esteban? que era entonces el churrero, preparaba allí su hornacha, redondita, con mucha maña y esmero de adobe y barro la hacía, perfectamente me acuerdo, de donde salían los churros como dice el famoso cocinero, ricos, ricos, buenos, buenos. ¡Era todo tan sencillo! y nosotros jovencillos, dando vueltas y mas vueltas, encima de aquellos trillos. ¡Daban las tres de la tarde! madre mía que suplicio, qué calor y qué sudores, cuánto polvo y que martirio. Por fin llegaba el día cuatro, aparcado queda el trillo, la parva bien recogida, los viernos y los horqúillos, ¡y allá van los trilladores corriendo despavoridos! Locos cruzamos el puente, y unos pocos en pelotas, y otros con sus calzoncillos, nos lanzábamos al agua de nuestro querido río. Entonces eran sus aguas claras, limpias, con un color cristalino, que dejaban nuestros cuerpos morenos y bien curtidos. ¡Vente al muro, so gallina!, no me da la gana, listo porque no sabes nadar mejor que tú, gamusino. Y con estas discusiones, y otros muchos entredichos; nos volvíamos a casa, para vestirnos de limpio.. ¿Dónde esta mi ropa, madre? ¡todo está en la silla, hijo! faltan las sandalias nuevas, las pondrás, mañana, hijo yo, las quiero para hoy que, te calles y no quiero repetirlo, y valla qué si callabas o te daban en el pico. Y allá va ese mozalbete, humildemente vestido, con su sonrisa en la cara, y dos reales en el bolsillo, corriendo a todo correr a buscar a sus amigos, porque ha empezado la fiesta, el jolgorio y el bullicio. Que el tiempo pasa volando, por todos es bien sabido, la víspera ya se ha pasado, Y amanece ese día cinco. ¡Es el día de las Nieves! Malpica siente un pellizco, pasan tocando diana, la madre llama a sus hijos, hay que arreglarles despacio y a misa vayan pulidos. Ya se escuchan las campanas, y entonces bien tempranito, nueve y media era el primero, y a las diez, daba principio. ¡Y allí estaba la justicia, ocupando el mejor sitio! casi, casi como ahora, pero aquello era distinto. ¡Ya salé la procesión con la Virgen y su Niño! recorriendo nuestras calles, en los hombros de sus hijos, era emocionante ver, aquellos hombres sencillos, quitarse pronto la gorra, ¡con un respeto infinito! casi, casi, como ahora, pero un poco más distinto. Entrada la procesión, se nota por el bullicio ¡daban comienzo los bailes! los bailes, si, si, bien digo, se llamaban de vermú, y por supuesto, cortitos. Por que a los dos o las tres, el arroz ya estaba listo, para comerlo en la mesa, la familia muy juntitos, no te podías retrasar, ni tan siquiera, un poquito. Terminada la comida, y él estómago llenito, ¡nada de siesta por Dios! bajo el puente a lo fresquito, para escuchar las historias de aquellos más mayorcitos. Cosa curiosa de entonces, cambio el tema un momentito fueron las separaciones que pusieron en el río para disfrutar del baño, y evitar algunos líos. Las mujeres aguas arriba, los hombres hacia el castillo, y debajito del puente se bañaban sólo niños. Esto no tiene comparación, con los tiempos que hoy vivimos, ¡y demos gracias por ello! pues si no, estábamos listos. Dos cines tenia Malpica, la competencia a lo fino, dos bailes también había, se pasaba de lo lindo. ¡Hoy es todo tan distinto! Mejoraron muchas cosas, para el bien de los vecinos, mas se añoran otras muchas, que poco a poco perdimos. Pero en fin, la vida sigue, Malpica no se ha dormido, tampoco los malpiqueños, trabajadores con brío. ¡Adelante con Malpica! mis queridos convecinos, luchemos todos a una, con coraje y con ahínco. Que el orgullo malpiqueño, que en nuestro interior, sentimos, nos haga obrar con justicia, sin rencores destructivos. Y así poder celebrar, estas fiestas por los siglos, honrando a nuestra Patrona, como hijos agradecidos. Perseverancia y paciencia, honradez y sacrificio, debéis tener las personas, que regís el municipio ¡que si amarga es la paciencia! Dulce son sus frutos limpios! No quisiera terminar, pues lo considero injusto, sin ensalzar la belleza, de este ramo de capullos. Capullos de rosas finas, que junto al Tajo han nacido, Malpica las ha criado, bello jardín florecido. ¡Coronamos vuestras sienes cómo a diosas del Olimpo!. Sois las musas de Malpica! vuestro pueblo os ha elegido. Forasteros, forasteras sed vosotros bien venidos, lindo rincón escondido ¡con su virgen de las Nieves! ¡con su Puente, con su río! ¡con fuente de agua clara! ¡con su medieval castillo! ¡con su ermita, allá en el cerro! ¡con su polideportivo! ¡con su casa de cultura! ¡con su iglesia, aquí, al ladito! ¡con sus jardines y plazas! ¡con su famoso, Delirium! Con tantas y tantas cosas, que con amor compartimos, celebremos estas fiestas, las primeras de este siglo. Con gozo, con alegría, con el corazón henchido. De sentirnos malpiqueños, honrados y agradecidos. Sed transigentes, mayores, respeto tengan los niños, los jóvenes sean muy prudentes, comportaos con civismo, que nada empañe el buen nombre, de nuestro pueblo, querido. Y con esto malpiqueños, con, esto, yo ya termino, gritando ¡Viva Malpica! ¡viva la Virgen y el niño! ¡viva la Reina y sus Damas! ¡viva el alcalde y su equipo! y todos los malpiqueños hombre, mujeres y niños.