Flora y fauna de Malpica de Tajo



 

El Zorzal Charlo (Turdus viscivorus)

Etimología

El nombre genérico Turdus provienen del latín {turdus} que significa "tordo, pájaro". El epíteto específico viscivorus proviene del latín {viscum, i} que significa "muérdago" y {vorare} que significa "devorar", es decir el "tordo comedor de muérdago", en realidad es entre el muérdago donde busca y captura los insectos y gusanos de que alimenta.


El mayor de los zorzales que se reproducen en la Península Ibérica, el Zorzal Charlo (Turdus viscivorus) no es tan conocido como el Zorzal Común (Turdus philomelos) pero como él posee un plumaje llamativo, en especial en sus partes inferiores que están profusamente marcadas con manchas grandes, las de la garganta y parte superior del pecho de característica forma acuñada o acorazonada invertida y las del resto muy redondeadas.

Descripción

Llama enseguida la atención el vientre y el cuello llenos de manchas negras sobre el plumaje ventral de color crema pálido. De ojos oscuros y pico oscuro tiene todo el dorso de color pardo gris y las patas de color pardo amarillento. Su silueta es algo más esbelta que la del mirlo común. Se diferencia del resto de zorzales en la mayor nitidez y vistosidad de las manchas ventrales además de ser algo más delgado. No parecen existir grandes diferencias entre el macho y la hembra, aunque si son más evidentes en los individuos jóvenes que presentan unas manchas en la cabeza de color blanco, así como un plumaje más apagado en general.

Zorzal

Etología y hábitat

Su hábitat es muy variado, nidifica en bosques mixtos, forestas y bosques de coníferas. También suele verse en zonas adehesadas e incluso parques y jardines. Se hace necesaria la presencia de una cantidad de árboles suficiente para poder instalar sus nidos.

Vuela de forma inconfundible, con potencia y rapidez, cerrando las alas a intervalos regulares y siguiendo una línea recta. Como vive con preferencia en bosques de grandes árboles, ha desarrollado una tendencia a volar a gran altura, muy a menudo a más de 30 metros del suelo. Permanece mucho tiempo posado en el suelo por el que corre con rapidez, pero en sólo un corto trecho, parándose a intervalos y ladeando la cabeza para examinar algún posible insecto o presa. Permanece quieto, completamente inmóvil unos instantes para a continuación recorrer otro trecho, esta vez en una serie de rápidos saltos. Cuando está parado en el suelo permanece erguido con la cabeza levantada y la cola hacia abajo, tocando a menudo el suelo, lo mismo que las alas que también entreabre y deja colgando. Sacude la cola y las alas si está alarmado o excitado por la presencia de un depredador o intruso. Es tímido y escondedizo y en época de reproducción muchos charlos no dejan que nos aproximemos ni siquiera a 100 metros. Otras veces, sobre todo mientras canta, es fácil llegar hasta debajo de su posadero y observarle atentamente. En los bosques antes de la cría se le puede ver solitario, en parejas o en pequeños grupos, pero durante el otoño e invierno es muy gregario, concentrándose muchos y desde luego juntándose a otros zorzales que vagan por campos y rastrojos. Su hábitat preferido es el bosque, no rehuyendo los de coníferas, pero siendo más numeroso en los de especies caducifolias. A pesar de su timidez es muy fiero atacando a otros pájaros que se aproximan a su nido o compiten con él por algún alimento. Cuando se acercan a las manzanas caídas en el suelo en los últimos días del otoño, organizan entre ellos verdaderas peleas. Tan bravo es, que durante la nidificación ataca incluso a los observadores que se acercan a contemplar su voluminoso nido, pero sus vuelos rápidos no llegan siquiera a rozarnos. El vuelo es fuerte, directo y en la mayoría de las ocasiones se puede ver a una altura considerable, ya que gusta de posarse sobre las ramas más altas de los árboles. Cuando vuela se puede apreciar una mancha blanca en la parte inferior de las alas. Su canto es variado con frases aflautadas y de canto agradable. Cuando esta alarmado suele emitir un sonido del tipo “charc- charc” que da lugar a su nombre vulgar, zorzal charlo.

Alimentación

El zorzal charlo se alimenta fundamentalmente de lombrices, gusanos, insectos, semillas y bayas de muérdago. También aparece en su dieta la fruta.

Reproducción

Comienza a criar muy pronto, algunos años a primeros de febrero se pueden ver ya nidos en los árboles aún desnudos de hojas. La hembra construye una estructura fundamentalmente con hierba seca o verde algunas veces, junto con musgo, líquenes de varios colores, trozos de plástico, papeles, plumas, etc. y reforzado con barro, forrándolo en su interior con hierba fina. Los bordes de este gran nido están a menudo bien adornados con material variado que puede incluir semillas de hiedra, papeles, plásticos, hojas verdes, pétalos de flores, etc. Colocado a mucha altura en una rama horizontal y generalmente sobre una horquilla o en el mismo tronco principal del árbol, resulta a veces difícil de observar. También se encuentran, sobre todo segundos nidos en junio o antes, en enredaderas y plantas trepadoras. Sienten preferencia por el Tejo bien desarrollado, aunque ahora tienen pocas oportunidades de utilizar este árbol cada día más escaso, bien por tala o por traslado de los ejemplares jóvenes a jardines particulares. También se han estudiado nidos en el interior de edificios, en las vigas del techo, en agujeros de muros en ruinas e incluso en cortados rocosos, aunque frente a ellos crezcan árboles asequibles. La puesta oscila entre 3 y 5 huevos, más normalmente y casi siempre 4. También se citan puestas de 6 y 7. La variación en el color de los huevos que pone esta especie es xtraordinaria. En la mayoría predomina una tonalidad azul pálido ligeramente verdosa que a veces no ocupa toda la superficie, pero hay muchos huevos que son francamente pardo amarillentos muy claros y todos, aquéllos y éstos, tienen gran profusión de manchitas y puntos pardos, marrones, violáceos, etc.

Zorzal Charlo

Aunque he señalado que algunas puestas se encuentran ya en febrero, esto es más bien excepcional y realmente los nidos en los bosques ibéricos comienzan a verse cerca del final de marzo y sobre todo en abril. La hembra incuba durante 13-14 días y los pollos al nacer están cubiertos con un plumón de color beige blanquecino, denso y bastante largo; el interior de la boca es amarillo intenso y no hay puntos oscuros en la lengua. Ambos adultos los alimentan y pronto están muy crecidos y emplumados, dejando el nido a los 14-16 días y siendo atendidos entre el ramaje por el macho solamente si se trata de la primera nidada, puesto que la hembra inicia una segunda puesta muy pronto. A los 25 días ya vuelan muy bien. Construye el nido a gran altura del suelo, muy temprano, incluso a finales de febrero ya pueden verse al descubierto algunos de ellos sobre las ramas de los árboles. Están construidos con forma de taza a base de ramitas y de hierba. Suele poner dos nidadas de unos cuatro a seis huevos desde el mes de abril al mes de junio. La incubación es llevada a cabo por la hembra durante dos semanas y otras dos semanas tardarán aproximadamente en abandonar el nido mientras son alimentados por ambos congéneres.


Cuando en el olivar había olivas la población de rozales era abundante, en la barrera, se podían gastar un par de cajas de cartuchos en una tarde y eligiendo los disparos, de hecho durante muchos años, en la época del Grupo de Cazadores de Malpica, se estuvo vendiendo la caza del zorzal en la barrera, hoy en día hacer una buena percha de zorzales es más difícil, en los sitios que combinan el comedero, olivas o cepas, con monte y zarza aún puede pasarse alguna jornada entretenida, pero, generalmente para conseguir una buena percha de zorzales hay que salir del pueblo. Con el zorzal se pueden preparar buenos y apreciados platos en la cocina.


- " Donde canta el zorzal... hace cola la calandria".

-" Mientras tengan frutos los olivos, serán sus amigos los estorninos. "