Flora y fauna de Malpica de Tajo



 

El Pinzón (Fringilla coelebs)

Si te preguntase por el pájaro más común, probablemente contestarías que es el gorrión, ¡pues no!, segurante el primer puesto en abundancia lo ostente el pinzón vulgar.

Etimología

El nombre genérico Fringilla provienen del latín {fringilia} y significa "pinzón". El epíteto específico coelebs provienen del latín {coelebs, coelibatus} y significa "célibe".

Descripción

El pinzón vulgar es un ave muy abundante, su cuerpo es parecido en tamaño al gorrión común, pero en este destacan unos colores muy vivos que le aportan un aspecto más alegre. El macho tiene la cabeza de color gris azulado con la garganta y las mejillas de color naranja pardo, el pico es corto y fino, también presenta una mancha oscura delante del ojo. El dorso es pardo y las alas son oscuras con manchas blancas. En verano el obispillo es de color verde y en invierno el color de su cabeza se vuelve más parda. La cola tiene la pareja central de rectrices gris pizarra y el resto de ellas son negras con bordes blancos, muy notorios en las exteriores. Las plumas de las alas son pardo negruzcas con bordes verde amarillentos. Una banda blanca es muy visible y junto con el gran parche, también blanco, de los hombros, son rasgos ambos inconfundibles a la, hora de identificar a este pájaro. La hembra tiene en general el plumaje más apagado que el macho. El plumaje de la hembra es mucho más apagado. La cabeza y las partes superiores son pardo amarillentas, más oscuras o grisáceas en el centro del píleo. La espalda y el obispillo son verde amarillentos. Las partes inferiores tienen un tinte gris pardusco en el cuello. Las bandas blancas de las alas y hombros (cobertoras) no son tan nítidas como en el macho. El pico es pardo, más pálido debajo. Muchas al comienzo de la primavera tienen la cabeza ligeramente gris pizarra, color que se extiende hasta la nuca. Los jóvenes se parecen mucho a las hembras, pero hay en la nuca una mancha blanquecina. Los machos ya se diferencian de las hembras por tener la espalda teñida de castaño rojizo y el pecho menos pardo amarillento y más beige.

Pinzón posado

Etología y hábitat

Su hábitat es muy variado, visita bosques perennes y caducifolios aunque se le ve más frecuente donde abundan las coníferas. Es frecuente verlo en parques y jardines y cerca de entornos humanizados. La alimentación del pinzón vulgar es a base de insectos en verano y semillas, bayas y brotes en invierno. Suele visitar las zonas recreativas y parques donde suelen dejar restos de alimentos los visitantes. Por el suelo camina con pasos cortos y rápidos, a menudo ligeramente agachado; sobre todo se observa esto en las hembras, que flexionan más las patas. También a saltos y a menudo volando en corto para cambiar de posadero. Al volar lo hacen con marcadas ondulaciones, pero potentemente. En vuelo de migración son incansables y en un día pueden recorrer grandes distancias. Incluso cansados, son capaces de volar contra el viento, resguardándose de él con las irregularidades del terreno y la vegetación. Muchas parejas permanecen unidas y no abandonan su lugar de nacimiento o de cría, pero otros pinzones se agrupan y vagan por los campos formando bandos numerosos.

Pinzón

En invierno se une, en grandes bandos, con otros fringílidos, escribanos y gorriones, para alimentarse en tierras de labor y rastrojos; sin embargo, a veces forma él solo los bandos, cuyos individuos son todos del mismo sexo. Por esta curiosa costumbre de separación de sexos en otoño-invierno es por lo que recibió del naturalista sueco Linneo el nombre de coelebs (en latín, célibe), detalle que en las aves que crían más al norte es particularmente notable, pues mientras que las hembras y jóvenes abandonan las áreas de nidificación para invernar en zonas más templadas, la mayoría de los machos permanece en aquéllas reunidos en bandos. La dieta alimenticia es muy variada.

El vuelo del pinzón vulgar enérgico, realizando batidas de alas entre planeos con las alas cerradas donde va perdiendo altura para volver a aletear de nuevo. Se mueve con gran soltura pero más bien cerca del suelo, posándose de rama en rama y bajando a los prados y zonas de cultivo para caminar en busca de semillas e insectos. En verano frecuenta los arroyos y zonas acuáticas en busca del aseo diario del plumaje.

Su canto es vivo y alegre, aunque suele realizar diferentes sonidos según la época del año. El sonido más habitual es un “chikn-chikn-chikn” fuerte cuando está alarmado y un “tsip-tsip” cuando se siente confiado.

Alimentación

Fuera de la época de la reproducción, las semillas de plantas gramíneas son fundamentales. Le atraen especialmente las semillas de los hayucos, pero como estos frutos del Haya, Fagus sylvatica, no son constantes en su desarrollo y hay años en que apenas se producen, los pinzones buscan alimento en cualquier parte, sobre todo en tierras cultivadas, rastrojeras y prados. Igualmente en el suelo de los bosques de especies caducifolias. Los granos de los cereales les atraen con fuerza y los pájaros se congregan en las proximidades de silos, muelles, cintas transportadoras, máquinas cosechadoras, etc. Sin embargo, la mayor parte de la alimentación está basada en semillas silvestres. Plantas tan abundantes en los campos como Sinapis, Brassica, Chenopodium, Polygonum, Stellaria, Cerastium, etc., son fundamentales en la dieta invernal y otoñal del pinzón. Muchas de estas semillas que caen de las plantas no son visibles para el ojo humano y, como gran parte de ellas no germinan, quedan en el suelo formando un tapizado que puede durar años y constituir una reserva estimada en varios centenares de millones por hectárea. Al arar la tierra muchas quedan al descubierto. Es así que no son solamente los insectos los que atraen bandadas de pájaros a las tierras preparadas para el cultivo. Come asimismo huevos de caracoles, arañas, lombrices de tierra, y en las pomaradas se ven pinzones picotear las manzanas caídas en el suelo.

Pinzón sobre el suelo

Reproducción

Nidifica en bosques y arbolado de diferentes especies, la hembra construye el nido en solitario, éste tiene forma de cuenco realizado a base de hojas, musgo, telarañas y líquenes. Son colocados en árboles a alturas variables. La puesta será de cinco huevos que darán a luz unos poyos con plumón de color gris. Serán alimentados durante dos semanas dentro del nido y otras dos fuera de él por ambos congéneres . La hembra tarda normalmente entre tres y dieciocho días en hacerlo y en ello influye mucho la lluvia y la edad del pájaro. Las jóvenes tardan más y un promedio puede estar en siete días. El interior del nido está forrado con pelos y alguna pluma, muy pocas. Son colocados casi siempre en árboles, a altura variable, pero tendiendo a ramas elevadas de árboles frutales o de adorno. A menudo a gran altura. Los primeros están ya totalmente construidos en la última semana de abril, pero más corrientemente en los primeros diez días de mayo y aún después. Los anteriores a estas fechas son ocasionales y coinciden invariablemente con unas condiciones meteorológicas muy buenas. La puesta normal es de 4-5 huevos y hay algunas de 6 y 7, pero muy raras. Su cáscara es lisa y brillante y tiene color azul pálido, variablemente teñidos de rosa y rayados o manchados con puntos pardo rojizos, o pardo violáceos, teniendo las manchas un cerco más claro rosado. Otros tienen rayas y dibujos negruzcos. Algunos casi carecen de punteado. Sólamente la hembra incuba y lo hace durante 11-13 días, empezando con la puesta del penúltimo huevo. Los pollos al nacer tienen plumón gris pálido, largo y abundante. El interior de la boca es rojo carmín, con el paladar anaranjado. No hay puntos oscuros en la lengua; las comisuras son blancas. Ambos adultos los alimentan con orugas pequeñas casi siempre y a los 13 o 14 días dejan el nido. Todavía son colicortos e incapaces de volar. Por lo menos durante otros 15-20 días continúan siendo atendidos por los padres. No pocas parejas hacen dos crías en cada temporada.