Flora y fauna de Malpica de Tajo



 

La Paloma torcaz (Columba palumbus)

Etimología

El nombre genérico Columba provienen del latín {columba} y significa "paloma". El epíteto específico palumbus provienen del latín {palumba, ae} y significa "paloma".

Descripción

La mayor de las palomas presentes en la Península Ibérica, robusta y con una cabeza muy pequeña con relación al cuerpo, presentando unas inconfundibles manchas blancas a ambos lados del cuello (de ahí torcaz, que proviene del latín torques, collar y torquatus, adornado con collar) y una franja blanca en la parte superior de cada ala, muy visible cuando el ave vuela de las alas. Plumaje gris azulado en el dorso y algo más claro en su parte inferior, con pecho de tintes vinosos y cola terminada en una banda negra. Pico anaranjado y patas rojizas. Colorido similar en ambos sexos si bien los ejemplares jóvenes presentan tonos parduscos y sin manchas blancas en el cuello.

Torcaz

Etología y hábitat

Su hábitat es muy variado, anidan en bosque de todo tipo, muestran preferencias por zonas arboladas, dehesas cerealistas y también se la puede localizar en algunos parques y jardines, aunque en menor proporción. La paloma torcaz se alimenta fundamentalmente de cereales, frutos y semillas. Normalmente se desplaza por el suelo dando pequeños saltos en busca de alimento. También suele acudir en verano a últimas horas del día a saciar su sed en pequeñas fuentes de agua. El vuelo es de un batir de alas enérgico. Su fuerte aleteo es algo de lo más característico de esta especie. Muchas veces la mejor forma de detectar su presencia es por el inconfundible sonido de sus primeros aleteos. Después realiza cortos planeos, para percharse en otro posadero. La paloma torcaz en vuelo de forma solitaria puede confundirse de lejos con otras especies como el cernícalo común o un gavilán. Aunque lo normal es verla en pareja o en bandadas. Su voz es un arrullo ronco, apagado gutural “Ku-kuu--ku-ku-kuruku-” que suele repetir de forma periódica.

Alimentación

Se alimenta preferentemente de materia vegetal, como las hojas tiernas de los árboles y plantas herbáceas, brotes de árboles, hierba, semillas y amentos, con preferencia por las gramíneas y las semillas de las oleaginosas, también consumen diversos frutos, que recolectan en bosques abiertos y pastizales. En otoño prefieren las bellotas y los higos, y en invierno se mantienen con los brotes de los árboles y las semillas. Además complementan su dieta con larvas y crisálidas de hormiga, y otros insectos y arácnidos blandos, etc. y otros invertebrados como las lombrices. Necesitan aguas tranquilas para beber y bañarse.

Reproducción

La paloma torcaz construye el nido a cierta altura del suelo, encaramado entre las ramas de un árbol de cierto porte. Suele hacer dos y hasta tres nidadas al año, incubando una media de dos huevos. Ambos sexos incuban desde la puesta del primer huevo, haciéndolo el macho casi siempre por el día y la hembra por la noche durante 17 días. No es necesario describir aquí sobre el cortejo nupcial que las torcaces, al igual que otras palomas, desarrollan casi continuamente en estos días que preceden a la nidificación, puesto que la representación con oscilaciones de la cabeza, subidas y bajadas del cuello hasta tocar con el hinchado pecho el suelo y cola bien desplegada y vertical, es una observación que puede hacerse incluso cuando las palomas aún no están emparejadas y forman densos bandos. Pero si esto es fácil de ver, no lo son tanto los vuelos que los machos efectúan sobre el nido o el lugar donde la hembra se ha posado. Después de elevarse a considerable altura descienden planeando con las alas en uve, haciéndolo de tal manera que cuesta trabajo reconocer una Paloma Torcaz, tan ondulado y diferente es su vuelo del que habitualmente nos tiene acostumbrados.

Torcaz

Los pollos al nacer están cubiertos parcialmente de un plumón que más parecen pelos de color amarillento pajizo, mostrando la piel en la mayor parte del cuerpo un tono azulado. Pronto, sin embargo, este plumón es «empujado hacia afuera» por las plumas en los extremos de las cuales queda adherido. El interior de la boca es rosado. Los adultos alimentan a los pichones con una sustancia llamada «leche de pichón» de consistencia de queso líquido o fundido formada por la segregación continua de las células del epitelio interior del buche, cuyas paredes adquieren un considerable espesor durante la incubación, época en que las células tienen un alto contenido de grasa. Los pichones introducen continuamente sus picos en la garganta de los adultos y pronto crecen, pero no son capaces de volar antes de los 20 días como muy pronto. Normalmente lo hacen más tarde, al cumplir el mes. Después de terminar la cría el nido queda hecho una verdadera calamidad con tantos excrementos acumulados y es difícil que esta «masa de cemento blanquecino» pueda soportar una nueva puesta tal como asegura algún ornitólogo.

Paloma bebiendo

Se puede hablar de una población muy alta de esta especie, que al ser cinegética se ve regulada en cierta medida por los diferentes cotos de caza que existen en la zona. Su caza esta supeditada a la media veda tal y como se indica en la orden de media veda " …..tanto la paloma torcaz como la tórtola tienen aplicada la media veda que comienza el 15 de agosto al 14 de septiembre”. En muchas ocasiones es posible observar grandes bandadas de esta especie en zonas de cultivo, donde acuden a buscar alimento y en los aguaderos que suelen frecuentar para beber agua durante el estío. Los girasoles son las siembras preferidas por las torcaces, pero les encanta el trigo. Es un ave tímida y huidiza que de inmediato percibe la presencia humana, saliendo en vuelo con su característico aleteo muy sonoro al principio, que puede dar la impresión de un ave de mayor tamaño debido al ruido que produce. En verano se la suele ver en hábitat y lugares frecuentados por la tórtola europea, con la que puede compartir territorio.

En las ciudades que han colonizado, son una verdadera plaga: transmiten enfermedades respiratorias a los humanos y sus heces, muy corrosivas, dañan los monumentos y los edificios históricos.

Es, junto a la tórtola, la pieza reina de la media veda, pero para mí es más divertida una jornada de codornices con perchas de cinco o seis ejemplares que cincuenta palomas.