Flora y fauna de Malpica de Tajo



 

El Mirlo (Turdus merula)

Etimología

El nombre genérico Turdus provienen del latín {turdus} que significa "tordo, pájaro". El epíteto específico merula provienen del latín {merula, ae} que significa "mirlo".

Descripción

El mirlo común es un ave bastante frecuente en Malpica, aunque bien es verdad que se trata de una de las aves más comunes de la Península Ibérica. La especie presenta un acusado dicromismo sexual, de modo que el macho es de color negro intenso y pico de color naranja, las hembras, aunque también de color negro, es de menor intensidad, teniendo un color pardo oscuro y su pico tiene un tono más apagado que el macho. Un rasgo muy identificativo de la especie es su anillo ocular de color más naranja en el macho. Otro rasgo que aumenta el dimorfismo sexual es el color de las patas, de color gris-anaranjado en el macho y más oscuras y apagadas en la hembra. Los juveniles tienen un plumaje pardo similar al de las hembras, pero manchado de color beige en el pecho y en la parte inferior del cuerpo. El mirlo común suele volar a baja altura y durante distancias cortas. Suele batir las alas con cierta dificultad al principio y realiza pequeños planeos hasta colocarse en posaderos, escondidos entre la vegetación para protegerse de los intrusos.

Mirlo

El canto del mirlo común es muy variado y melodioso, parece que emite ciertos sonidos dependiendo de la situación. Si está alarmado es un sonido agudo y repetido tres o cuatro veces “chuik-chuik-uik-uik-uik”, con un tono de alarma, aunque también emite cantos aflautados, suaves y melodiosos. El mirlo de la subespecie tipo (Turdus merula merula) tiene una cola larga (95 a 110 mm para los machos y de 100 a 105 mm para las hembras), mide entre 23,5 y 29 cm de largo, con una envergadura de 34 a 38 cm, y pesa entre 80 y 125 gramos. Este peso varía en función del sexo y de las estaciones. Los machos (118 a 135 mm con las alas plegadas, 28 a 33 mm de tarso y de 20 a 23 mm de pico) tendiendo a ser más grandes que las hembras (118 a 129 mm con el ala plegada, 28 a 29 mm de tarso y de 20 a 21 mm de pico).

Etología y hábitat

Su hábitat es muy variado, ya que es un ave que puede verse en todo tipo de bosques, zonas de cultivo y jardines. Es una especie que vive cerca del hombre. Es frecuente en zonas urbanas y parques dentro de las ciudades. Se ha comprobado que mientras las especies urbanas son muy tolerantes con la presencia humana, los mirlos de nuestros montes y campos son muy esquivos al hombre. Los mirlos negros tienen una territorialidad muy acentuada y no viven en grupo. Cada individuo delimita su propio territorio, que va desde 0,2 a 0,5 hectáreas en el bosque hasta 0,1 a 0,3 hectáreas en la ciudad. El macho establece su territorio durante su primer año de existencia y lo mantiene toda su vida. Durante la temporada de anidación un mirlo no soporta a ningún congénere, con la excepción de su pareja. Para proteger la exclusividad de su territorio, el macho ataca a los otros machos con posturas de amenaza: una carrera breve hacia el intruso, la cabeza levantada al principio, y luego mirando hacia abajo, al mismo tiempo que baja la cola. Si se produce una pelea, los dos machos se enfrentan y revolotean a unos cuantos centímetros del suelo empujándose y dando gritos y con las patas estiradas hacia el oponente. Estas peleas suelen ser de corta duración, más demostrativas que violentas, y la expulsión del intruso es rápida. La hembra es también agresiva en la primavera, cuando compite con otras hembras por una pareja o un territorio de cría. A pesar de que las peleas entre las hembras son menos frecuentes, tienden a ser más violentas. Fuera de la temporada de cría, varios mirlos negros pueden compartir un mismo hábitat, que les procure alimento y refugio, y a veces pasan la noche en grupos pequeños, pero incluso en este caso hay poca relación entre los individuos. El territorio de un mirlo negro, si bien es esencial para la formación de las parejas y la anidación, sólo les proporciona una porción de los recursos alimentarios necesarios.

Mirlo hembra (mirla)

Alimentación

Para alimentarse suele desplazarse por el suelo en busca de lombrices, artrópodos y pequeños insectos. En invierno se alimenta de frutos, semillas y bayas.

Reproducción

El cortejo masculino se compone de carreras oblicuas, combinadas con movimientos de cabeza, el pico abierto, y un canto emitido en tono profundo y estrangulado. La hembra permanece inmóvil hasta que levanta la cabeza y la cola para permitir el apareamiento. Esta especie es monógama, la fidelidad es la regla general, hasta la muerte de uno de los partenaires. La separación de las parejas, sin embargo, se produce en el 20% de los casos después de una temporada de cría con una baja tasa de éxito.

La subspecie Turdus merula merula empieza a poner huevos en marzo, pero las subespecies de la India oriental son más tardías, comenzando en abril o mayo como muy pronto. Los individuos del hemisferio sur, comienzan a poner en agosto. La pareja anidante busca una ubicación adecuada para el nido en un arbusto (matorral bajo o algunas veces más elevado), por lo general de alrededor de 2 m sobre el nivel del suelo, con predilección por determinadas especies de plantas como la hiedra, el acebo, el espino, la madreselva o los aligustres. A pesar de que el macho ayuda en la construcción del nido, principalmente mediante el suministro de materiales de construcción, las hembras construyen casi ellas solas un nido en forma de taza, con musgo, hierbas, raíces y pequeñas ramitas, que bordean de barro o de hojas fangosos. A continuación, pone de 2 a 6 huevos ( generalmente 4 ), de color azul-verdoso, con manchas marrones-rojizas, que son más numerosas en la parte más gruesa de éste. Los huevos de las subespecie T. M. merula tienen un tamaño medio de 2,9 x 2,1 cm y, en general, pesan 7,2 gramos ( el 6% de esta masa corresponde a la cáscara ). La cáscara del huevo de las subespecies del sur de la India son más pálidas que las de otras especies.

Incubación y cría de los pequeños: La hembra incuba durante 12 a 14 días antes de la eclosión. Los polluelos nacen desnudos y ciegos, con una masa de 5 a 6 g. Los padres se ocupan los dos, tanto de la alimentación como de eliminar del nido las bolsas fecales de los pequeños. El peso alcanzado por los pollitos a la edad de ocho días es crucial para su supervivencia. La masa ideal sería de 35 a 45 g, por debajo de estos valores el pollito tendría muy pocas posibilidades de sobrevivir. De hecho, el período posterior a la estancia en el nido es esencial para la supervivencia. Durante treinta días, los jóvenes son particularmente vulnerables: los que alcanzan mayor peso tienen más posibilidades de sobrevivir que los más ligeros. En doce días, los polluelos pesan entre 60 y 65 g. Abandonan el nido muy temprano, entre 10 a 19 días desde su nacimiento (13,6 días por término medio con un peso de 70 a 80 g). Una semana antes de saber volar se salen fuera del nido, se dejan caer revoloteando, y se esconden cerca. Seguirán siendo alimentados por sus padres durante tres semanas después de dejar el nido y ellos siguen a los adultos pidiéndoles alimento. Si la hembra comienza una segunda cría, el macho solo atiende a la alimentación de los jóvenes Una segunda cría es bastante común, reutilizando las hembras el mismo nido si la primera nidada se ha visto coronada por el éxito y en el sur del área de extensión de esta especie puede tener hasta 3 generaciones por año o más. Durante el período en que los pequeños son alimentados por sus padres aprenden a elegir sus alimentos. A medida que su experiencia y su confianza aumentan comienzan a aventurarse más en el territorio de sus padres. Los jóvenes acaban por hacerse independientes y marcharse, siempre por su propia iniciativa, nunca son obligados por sus padres. Los jóvenes, a su vez, son capaz de reproducirse al cabo de un año, después de elegir su propio territorio.

Curiosidades

Un mirlo tiene una esperanza de vida de 2,4 años por término medio, incluyendo la mortalidad infantil. Los mirlos negros que sobreviven a su primer año de vida, viven 5 años por término medio, pero según resultados basados en el marcado, esta especie puede alcanzar un récord de edad de 21 años y 10 meses. El principal depredador del mirlo es el gato doméstico, pero el zorro, la garduña, el armiño y rapaces, como los halcones también cazan esta especie cuando se presenta la oportunidad, y limitan la población de mirlo negro. Por el contrario, hay poca evidencia directa que demuestre que la depredación de huevos de mirlo negro y polluelos por adultos de Corvidos como la urraca, corneja negra , o el cuervo común, tenga un impacto directo sobre el número de poblaciones de mirlo negro. El mirlo es de vez en cuando, huésped involuntario del cuco gris (Cuculus canorus), especie parásita que pone sus huevos en los nidos de otras especies. Pero en general, no pone sus huevos en el nido del mirlo porque éste es capaz de reconocer a los adultos de esta especie, y también sus huevos, que son más grandes que los del mirlo y éste los rechaza. El mirlo introducido en Nueva Zelanda, donde el cuco no vive, ha perdido la capacidad de reconocer al cuco gris adulto, pero siempre rechaza los huevos. Al igual que con todos los paseriformes, los parásitos son comunes en el mirlo. Los estudios han demostrado que el 88% de los mirlos examinados mostraron parásitos intestinales, los más comunes son los del género Isospora o Capillaria , y más del 80% mostró parásitos en la sangre. Los mirlos pasan gran parte de su tiempo en busca de alimentos a nivel del suelo. A menudo son infestados por garrapatas, u otros parásitos externos, sobre todo en la cabeza. En un estudio realizado en Francia, el 74% de los mirlos examinados en las zonas rurales estaban infestados con garrapatas del género Ixodes , por sólo el 2% de los examinados en las zonas urbanas. Esto se debe a que en los parques y jardines de las zonas urbanas, las garrapatas tienen más dificultades para encontrar otros anfitriones, mientras que en las zonas rurales, los huéspedes son más numerosos y variados (zorros, ciervos y venados, jabalíes, etc ), aunque no hay pruebas de que esto afecte a la salud del mirlo negro, salvo cuando éstos están agotados o muy inmunocomprometidos, después de migrar. Parece por contra el mirlo es, por desgracia, un reservorio de Borrelia capaz de transmitir el parásito a las garrapatas.


- "Cuando el mirlo canta, si llueve, señal de agua".

- "Amigo leal y franco, mirlo blanco", ( tan raros y extraordinarios como los mirlos que ... son negros).

- " Madura apenas la mora, y el mirlo se la devora".