Flora y fauna de Malpica de Tajo


 

La Culebra de herradura (Hemorrhois hippocrepis)

Etimología

El nombre genérico Hemorrhois procede del griego {haimorroîs} que significa "hemorroide, flujo de sangre de una hemorroide". El nombre específico hippocrepis es un vocablo compuesto del griego {hippos} que significa "caballo" y de {krepis, ido} que significa "herradura o calzado humano".

Características

La de herradura, es una culebra grande, robusta, de cuerpo cilíndrico y alargado que se va estrechando en su parte final, hasta terminar en una cola larga y de extremo afilado. La cabeza no es muy grande, y vista desde arriba tiene forma triangular, diferenciada claramente del resto del cuerpo. Está ligeramente aplastada permitiéndole de este modo cómodos desplazamientos en ambientes rocosos, penetrando fácilmente entre las grietas y bajo las piedras. Los ojos son grandes con pupilas redondas de color oscuro e iris amarillento o marrón. El hocico redondeado. La dentadura es aglifa, por lo que carece de canalización interior y no está comunicada con glándulas productoras de veneno (ver cuadro adjunto). La parte superior de la cabeza tiene un diseño muy característico compuesto por una serie de dibujos oscuros que destacan sobre el fondo que es verdoso o grisáceo. En primer lugar tenemos una fina línea transversal situada justo detrás de las fosas nasales. Otra franja algo más ancha y con una pequeña zona central clara, une ambos ojos. Posterior a esta se sitúa un dibujo en forma de herradura oscura, que le ha proporcionado su nombre, con la abertura dirigida hacia atrás. Dentro de la herradura encontramos otra pequeña mancha romboidal, y justo tras ella ya en la zona del cuello, se inserta la primera de una serie de manchas ovaladas, en este caso con uno de sus extremos puntiagudo, que recorren todo el dorso de su cuerpo. Este juego de manchas, ovaladas lateralmente, ribeteadas de negro y con su interior algo más claro, se extienden con una pequeña separación entre ellas por todo el dorso hasta llegar a la cola, donde llegan a unirse formando una banda oscura. Van acompañadas de otras dos líneas de manchas más pequeñas situadas en ambos laterales del cuerpo que se disponen alternas a los dibujos principales del dorso. El color de fondo del cuerpo es variable con tonalidades que van del crema al marrón pasando por grises y amarillentos. El vientre tiene una coloración más viva con bonitos tonos anaranjados, sobre todo en los laterales, donde también aparecen pequeñas manchas oscuras. La zona central es de color blanquecino y ausente de manchas. Los juveniles poseen el mismo diseño que los adultos, aunque destaca la presencia de dibujos más contrastados y coloración general más clara. Conforme van envejeciendo, se vuelven más oscuros, casi negros, pero nunca pierden los dibujos. Se han documentado individuos con hasta 185cm de longitud total, aunque es raro hoy en día encontrar ejemplares que superen los 150cm. Las escamas dorsales son completamente lisas y aparecen en número de 24-29 a mitad del tronco. Poseen 221-242 escamas ventrales y 97-109 subcaudales. Es característica la escama preanal dividida. Todas estas características permiten diferenciarla claramente de otras culebras de tamaño similar, como la de escalera (Rhinechis scalaris) y la bastarda (Malpolon monspessulanus).

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El dimorfismo sexual es poco aparente, por lo que a simple vista resulta bastante complicado averiguar el sexo de un ejemplar. De todas formas los machos son de tamaño ligeramente mayor, tienen la cabeza más ancha y la cola mas larga. Por su parte, las hembras poseen mayor número de escamas ventrales.

Etología y hábitat

Especie típica de los ecosistemas mediterráneos Hasta hace pocos, su denominación científica era Coluber hippocrepis, y así aparece reflejado en la mayor parte de las publicaciones. Sin embargo, recientes estudios proponen que el género Coluber debe reservarse a ciertas especies americanas, por lo que se establece que su denominación correcta sea Hemorrhois hippocrepis. Así lo indica la comisión de taxonomía de la Asociación Herpetológica Española en documento editado en febrero del año 2005. No se ha descrito la existencia de subespecies en toda su área de distribución. Se considera que es una culebra con claros orígenes africanos, distribuida por gran parte de la Península Ibérica y la franja costera norteafricana de Marruecos, Argelia y Túnez. En nuestra península ocupa los 2 tercios inferiores, siendo más abundante en el cuadrante suroccidental y la costa mediterránea. Por la zona occidental asciende hasta los Arribes del Duero, y más al centro no sobrepasa el Sistema Central. Es poco frecuente en la meseta manchega oriental, haciéndose más abundante conforme nos acercamos a la costa mediterránea. Llega hasta el piedemonte de los Pirineos en la provincia de Gerona aunque siempre cerca del mar, y penetra ligeramente hacia el interior por el valle del Ebro aprovechando la influencia del Mediterráneo. Junto con la culebra bastarda es el único ofidio presente en nuestro país que tiene espermatogénesis (producción de espermatozoides) primaveral, por lo que necesita una primavera larga, cálida y un prolongado periodo de actividad anual, condiciones que no se dan en el norte de la península ni en zonas altas de montaña.

Hábitos termófilos y rupícolas Amante de las buenas temperaturas, no es muy exigente a la hora de seleccionar su hábitat. Le gustan los paisajes que presentan vegetación abierta, como espartizales, matorrales mediterráneos, zonas de cultivo y que tengan abundantes refugios sobre todo rocosos. También frecuenta las galerías de ríos y gana altitud en zonas de montaña aprovechando las orientaciones en solana. Evita las formaciones vegetales densas que no permiten la adecuada insolación del suelo. En zonas cercanas a la costa no hiberna, permaneciendo activa la mayor parte del año. Las poblaciones situadas en el interior y a cierta altitud, se muestran activas desde el mes de febrero hasta noviembre, reposando escondidas el resto del año. Para hibernar busca refugio en muros de piedra, troncos de árboles e incluso madrigueras de mamíferos, pudiéndose encontrar a veces varios ejemplares juntos. Es posible observarlas activas en pleno invierno durante jornadas cálidas. En algunas zonas tiene un pequeño reposo estival que coincide con las jornadas más calurosas del año. Su actividad es sobre todo diurna, aunque en verano la amplían hasta el crepúsculo y la noche.

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Comportamiento

Extrema agilidad en los lances de caza Es una culebra muy ágil que se desplaza con rapidez tanto por el suelo como por las rocas e incluso los árboles, a los que trepa con facilidad. Su técnica de caza se basa en la búsqueda activa de presas, entre las que se encuentran principalmente micromamíferos (ratones, lirones, musarañas), otros reptiles de menor tamaño (lagartijas, eslizones, salamanquesas) y pájaros (gorriones, golondrinas, jilgueros). También puede capturar pequeños murciélagos. Al no poseer veneno, mata a sus presas estrangulándolas con su cuerpo. Los juveniles se alimentan sobre todo de lagartijas juveniles que nacen cuando ellas y de invertebrados. Entre sus enemigos naturales destacan varias especies de aves rapaces, (águila culebrera, milanos, cernícalos, búho real), mamíferos carnívoros (zorro, meloncillo), y otras culebras de mayor tamaño como la bastarda. Puede llegar a vivir hasta 20 años. Victima de la persecución humana. De todas formas tiene un carácter irascible y cuando se ve amenazada, no duda en defenderse, silbando, lanzando furibundos ataques y propinando mordiscos a diestro y siniestro. Su mordedura es completamente inofensiva, y sólo produce ligeras heridas, pues sus dientes son de pequeño tamaño.


El hecho de acercarse con asiduidad a las zonas humanizadas en su búsqueda de alimento sobre todo por muros y tejados, conlleva que sea una de las especies de culebra que mas frecuentemente acaban sus días bajo el zapato o la azada. Efectivamente innumerables ejemplares mueren cada año a manos de personas invadidas por un odio irracional. En parte estos comportamientos son producto de la ausencia de una mínima educación ambiental y de la pervivencia de una serie de leyendas y falsas creencias propiciadas por nuestra cultura cristiana occidental, que ha convertido a la serpiente en la causante del “pecado original”. Sin embargo se trata de un animal completamente inofensivo y carente de veneno, que huye con rapidez ante la mínima señal de peligro. Cuando es capturada también produce un líquido de consistencia oleosa y de olor nauseabundo. Muchos otros ejemplares perecen atropellados, cuando se solean en las cada vez más frecuentes carreteras y pistas forestales que cruzan sus territorios Si bien muchos ejemplares son matados directamente, el principal problema al que se enfrentan es la destrucción de su hábitat y la homogeneización de los paisajes rurales.


Entre las causas principales de su declive encontramos: La desaparición de setos y muros tradicionales, la intensificación de la agricultura tradicional de secano, con el consiguiente incremento de tratamientos fitosanitarios, los cambios del uso del suelo relacionados con la construcción de infraestructuras y el crecimiento urbano, la proliferación de gatos y perros asilvestrados en las proximidades de los núcleos urbanos, el crecimiento desmedido de las poblaciones de jabalí, los incendios forestales y las roturaciones para implantar nuevos cultivos intensivos.

Reproducción

El periodo de celo se extiende durante los meses de mayo y junio, periodo en que los machos muestran una gran actividad, tanto en la búsqueda de hembras como en la peleas con otros pretendientes. Aproximadamente al mes de consumada la cópula, la hembra selecciona un lugar adecuado para la puesta de los huevos. Utilizará un sustrato algo húmedo y correctamente soleado, en un montón de piedras o bajo un tronco para depositar de 4 a 10 huevos alargados de unos 6 cms. de longitud y consistencia pergaminosa, a veces adheridos entre sí. La incubación dura 2 meses y las pequeñas culebras con unos 20 cms. de longitud, nacen en agosto o septiembre.

Alimentación

Se alimentan de una gran variedad de vertebrados, principalmente mamíferos, aves y reptiles, incluidos los jóvenes de su misma especie. Permanecen aletargadas durante el invierno, aunque pueden salir en días de temperaturas suaves.