Flora y fauna de Malpica de Tajo


 

Conejo (Oryctolagus cuniculus)

Etimología

El nombre genérico Oryctolagus es una palabra compuesta proveniente del griego y formada por {oryktos} que significa "excavado" y {lagos} que significa liebre, es decir liebre excavadora por la costumbre del conejo de excavar las madrigueras en donde vive. El nombre específico cuniculus provienen del latín {cuniculus} que significa "galería subterránea" haciendo alusión a ese patrón de conducta ya citado de excavar sus madrigueras.

Su nombre vernáculo, conejo, proviene del término íbero (o "prerromano", según la Real Academia Española) kyniklos (kΰνιkλoς), que después derivó al término latino cuniculus, y al español conejo.

Era abundante en el paleolítico, a juzgar por los restos descubiertos en la Península Ibérica.

Para descubrir el origen del nombre de la especie así como de su nombre común hay que remontarse hasta algunos siglos antes de Cristo. El conejo era un animal desconocido para los griegos y romanos de la Antigüedad que visitaron la Península Ibérica. El historiador griego Polibio (siglo II a. C.) lo describe por primera vez:

Características

Se caracteriza por tener un cuerpo cubierto de un pelaje espeso y lanudo, de color pardo pálido a gris, cabeza ovalada y ojos grandes. Pesa entre 1,5 y 2,5 kg en estado salvaje. Tiene orejas largas de hasta 7 cm y una cola muy corta. Sus patas anteriores son más cortas que las posteriores. Mide de 33 a 50 cm en condiciones afables, incluso más en razas domésticas para carne. Todas estas características que posee ésta especie en estado salvaje pueden variar significativamente según la raza. Distinguimos los machos de las hembras gracias a su cabeza, más ancha y menos fina que la de las hembras. El conejo de conejar mide de 34 a 50 cm (longitud cabeza y cuerpo) para orejas de 4 a 8 cm. Su peso varía de 1,2 kg a 2,5 kg. La piel originalmente es gris beige - a veces con matices negros o pelirrojos - un vientre más claro y el fondo blanco de la cola (rabo). Existen cerca de 80 variedades. Los dientes de un conejo, particularmente sus incisivos, crecen sin cesar. El conejo debe constantemente "gastar" sus dientes con el fin de evitar que se vuelvan demasiado largos (lo que podría por otro lado herirle).

Conejo

Etología y hábitat

Vive en áreas secas próximas al nivel del mar con un suelo arenoso y blando para facilitar la construcción de madrigueras. Habitan en bosques aunque prefieren campos extensos cubiertos por matorrales donde poder esconderse. Antiguamente también eran frecuentes en tierras de cultivo aunque los nuevos métodos de arado incluyen la destrucción de madrigueras de conejos. A pesar de ello, ésta especie se ha adaptado a la actividad humana viviendo en parques, campos de césped o incluso cementerios. También se encuentran en cultivos agrícolas donde se alimentan de lechuga, granos o raíces cuyo fin era la ingesta humana.

La abundancia de la especie, se basa, además de en su capacidad reproductora, en su condición de fitófago con doble digestión, asemejándose a los rumiantes. En efecto, el conejo practica la cecotrofia, de modo que las heces blandas (cecotrofos), ricas en bacterias y proteínas, son reingeridas para un segundo tránsito digestivo. Estos excrementos son más frecuentes por las mañanas, cuando los animales se encuentran en reposo.

Conejo 2

Comportamiento: El conejo europeo es un animal gregario y territorial (territorios de menos de 15 m², en ocasiones solo 1 ó 2). En óptimas condiciones de terreno y alimento prefieren vivir en largas y complejas conejeras. En ellas habitan de 6 a 10 individuos adultos de ambos sexos. La jerarquía de dominancia es importante en machos ya que establece quién tiene prioridad para el apareamiento. Normalmente es un animal nocturno, alimentándose desde que anochece hasta que amanece y pasando el resto del día en madrigueras. Habitualmente son muy silenciosos pero emiten fuertes chillidos cuando están asustados o lastimados. Otros tipos de comunicación son los olores y el contacto físico. Generalmente suelen huir de los humanos, aun cuando se tienen como mascotas, debido a que son animales muy nerviosos. Por ello es importante mostrarles siempre que se puede confiar en las personas. Suelen ser pasto del tráfico rodado, especialmente el nocturno, ya que su instinto de conservación les hace quedarse completamente quietos al alumbrarlos y huir al cesar la luz. Cuando se enfadan, tienen miedo o las hembras no se dejan cubrir durante la reproducción golpean el suelo con sus patas traseras, y lo pueden hacer varias veces dependiendo de cuan exaltados estén. A veces, cuando son criados en cautividad, podemos encontrar que son agresivos (muerden, gruñen),esto puede ser motivado por diferentes causas: Intento frustrado de cortejo. Estas manifestaciones suelen desaparecer con la castración. Son animales muy territoriales y pueden sentirse amenazados. Porque estén asustados. Porque se sienten agobiados y es una forma indicar que necesitan tranquilidad.

Reproducción

Son fértiles durante todo el año pero la mayor cantidad de nacimientos se dan durante la primera mitad del año. El periodo de gestación dura 32 días y las camadas oscilan normalmente entre 4-12 individuos. Pueden tener varias camadas al año aunque los abortos y la reabsorción de embriones son comunes, posiblemente debido al estrés al que esta especie está siempre sometida. Los neonatos, llamados gazapos, nacen sin pelo y ciegos. La madre sólo los visita unos pocos minutos al día para cuidarlos y alimentarlos con su rica leche. Los pequeños son destetados a las cuatro semanas de vida y tanto machos como hembras alcanzan la madurez sexual hacia los 8 meses de edad. Aunque pueden llegar a vivir 10 años, el 90% de los ejemplares no supera el primer año de vida. Gran parte del éxito reproductivo del conejo doméstico reside en la ovulación inducida, donde los óvulos sólo son liberados en respuesta a la copulación. Por otro lado, la placenta permite un alto grado de contacto entre la circulación materna con la de los fetos, al igual que la humana. Por esto mismo son muy útiles para el estudio de la embriología humana.

Alimentación

Como otros lagomorfos, el conejo ha estado considerado mucho tiempo como un rumiante, con los que no tiene ninguna relación; ello se fundamenta en la observación del comportamiento del conejo, que pasa largas horas removiendo las mandíbulas de derecha a izquierda. En realidad, estos movimientos no se explican por la rumia sino por la alimentación en dos tiempos.


Primero, el conejo digiere la hierba que consumió; la celulosa es digerida por las bacterias Anaerobacter a ácidos grasos volátiles que sirven de nutrientes. Resulta de ello son los cecotrofos, excrementos verde oliva, blandos y brillantes que el conejo toma de salida del ano y vuelve a ingerir. Los excrementos finales del conejo son de un marrón oscuro, más gruesos (7 a 12 mm de diámetro) y duros. En general seleccionan las plantas compuestas, leguminosas y gramíneas vivaces de escasa talla y con tendencia a formar céspedes. En invierno su régimen consta de tallos y cortezas de arbustos. Puede cavar la tierra para encontrar raíces, semillas y bulbos; también es capaz de escalar a arbustos y matorrales para comer los jóvenes retoños. Un adulto consume de 200 a 500 gramos de plantas al día. Cuando los conejos están presentes en densidad importante, su impacto sobre el medio es importante: traban la reproducción de ciertas especies de plantas pero también, en consecuencia, de animales.

Plagas víricas

El conejo constituye una plaga en numerosos países, donde se ha tratado de controlar su número mediante la introducción deliberada de enfermedades contagiosas. El más claro ejemplo es la mixomatosis, introducida en 1950 en Australia y en 1952 en Francia, desde donde se extendió a toda Europa.


Mixomatosis Es un virus que se transmite a través de vectores (artrópodos hematófagos como garrapatas y pulgas) y en condiciones silvestres presenta 9 días de incubación; la sintomatología de la enfermedad se manifiesta característicamente con una inflamación palpebral (de los párpados), los típicos párpados inchados de los conejos. El virus de la mixomatosis terminó con el 90% de los conejos silvestres y a pesar de los planes de recuperación que se llevan realizando desde los años 80, las poblaciones aún no han superado el bache. Como consecuencia de ello, un gran número de especies que se alimentaban de conejos han sido gravemente mermadas, como es el caso del lince ibérico y el águila imperial ibérica. Actualmente se efectúan vacunas en ejemplares silvestres en primavera para contrarrestar el virus. Por otro lado los conejos han adquirido resistencia y la mortalidad de la enfermedad es menor. Los ejemplares adultos suelen ser resistentes a la mixomatosis por haberla superado de jóvenes. En Australia surtió el efecto buscado al disminuir el número estimado de conejos desde 600 millones hasta alrededor de 100 millones. Sin embargo la resistencia natural de los conejos ha hecho fracasar los posteriores intentos de reproducir el éxito de los años cincuenta, donde la enfermedad fue fatal en el 99% de los casos. El gobierno australiano se niega a legalizar una vacuna para la mixomatosis, lo que ocasiona numerosas muertes en conejos como mascotas o de uso industrial.

Hemorragia vírica: Fue detectada por vez primera en España en 1988 aunque años atrás ya se habían dado casos de la enfermedad en China. Su origen parece estar en una mutación de un virus no patógeno presente en los lagomorfos. Se trata de una enfermedad muy contagiosa que resulta letal en la mayoría de los casos. Los ejemplares jóvenes tienen más posibilidades de sobrevivir a la infección y desarrollar resistencia frente al virus. La vacuna se suministra en primavera y se debe dejar un periodo de dos semanas entre la vacuna de la mixomatosis y la de la hemorragia vírica. También se pretendió usar el calicivirus causante de la enfermedad en Australia, intentando reproducir el éxito de la mixomatosis. No obstante la enfermedad no fue tan efectiva como habrían esperado ya que sólo el 65% de los animales infectados murió frente al 99% de la mixomatosis. En parte se debe a que existe otro calicivirus menos virulento en las zonas húmedas y frías, que inmuniza a los conejos contra la hemorragia vírica. Al contrario que con la mixomatosis, sí existe una vacuna legalizada de la hemorragia vírica en Australia.

Relación con el hombre

Se llama cunicultura a la cría sistemática de conejos. El conejo puede ser también una mascota que se adapta perfectamente a la compañía del hombre y que no requiere excesivos cuidados: limpieza de la jaula, alimentación, etc. Por otro lado, el conejo es protagonista de las explicaciones típicas sobre genética y herencia de los caracteres, ya que según la presencia de dos de los cuatro alelos distintos posibles para un mismo gen, desarrolla un tipo de pelaje u otro: salvaje o agutí, chinchilla, himalaya o albino. Hay datos históricos que demuestran que los romanos en el siglo I a. C. ya mantenían conejos en cautiverio con el fin de producir carne. Entre el siglo VI y X, los monjes franceses comenzaron a seleccionar conejos para formar una línea descendente de mayor aptitud cárnica. Dichos monjes tenían por costumbre comer "laurines" en periodo de Cuaresma, ya que estaban incluidos en los "platos acuáticos". No obstante no es hasta el siglo XVI cuando aparecen las primeras variaciones de la capa de pelaje del conejo, indicando la aparición de razas pioneras definidas.


En el pueblo, como en otros muchos lugares, constituye la pieza cinegética por excelencia de la caza menor, siendo el responsable de toda una cultura cinegética (perros, hurones, escopetas, lances, cuentos, leyendas, historias ...) pero últimamente (por causas aún no bien determinadas, tal vez el auge de la caza mayor y/o de las alimañas como zorros, gatos monteses, gatos salvajes y el meloncillo, sobre todos) está convirtiéndose en un "bien muy escaso" en los terrenos con monte en que se refugian y conviven con su implacables predadores.

El nombre Hispania (del que deriva España) para los romano significaba "tierra de conejos" y se cree que deriva del nombre que dieron a la península Ibérica los fenecios, es decir, el nombre de nuestro país proviene de este simpático y apreciado roedor. De su importancia pasada es buena muestra la innumerable cantidad de recetas, en esta dirección (valga como ejemplo) se listan dos páginas, de cocina basadas en el conejo.