Flora y fauna de Malpica de Tajo



 

El águila culebrera (Circaetus gallicus)

Descripción

Es una rapaz grande, de entre 62 y 70 cm de longitud, y 166-188 cm de envergadura, siendo los machos más pequeños que las hembras. Contrasta el pardo del dorso con el blanco con barras oscuras de las partes inferiores. Las alas son largas y anchas. Presenta cola bandeada, de extremo recto, y cabeza ancha con capuchón oscuro hasta el pecho. Los ojos tienen iris amarillo, y su disposición es más frontal que en otras rapaces diurnas.


Distribución, etología y hábitat

Distribución

Ampliamente distribuida en Europa, inverna en el África subsahariana entre septiembre y abril. Por el este se extiende hasta la India, donde se mantiene su presencia durante todo el año.

Águila culebrera en su nido

Su área de distribución en dirección sur termina en el norte de África; hacia el este, en cambio, se extiende hasta muy adentradas las estepas asiáticas, bastante más allá de la India. Las águilas culebreras son aves estrictamente migratorias, que pasan los inviernos en las sabanas próximas al ecuador, donde son nativas otra gran cantidad de especies culebreras. Nos abandona en septiembre y vuelve entre marzo y abril para criar. Se haya distribuida por toda la Península Ibérica, aunque resulta menos común en el litoral cantábrico y en las extensas llanuras cultivadas de las dos mesetas. Un escaso número de individuos invernan en el sur peninsular.


Hábitat

Habita en zonas abiertas de clima mediterráneo, donde haya matorral bajo, eriales y claros, cercanos a las masas forestales donde cría. Prefiere zonas a menos de 2.000 msnm de altitud y con bajas precipitaciones, ya que estas condiciones favorecen la presencia de los ofidios de los que se alimenta principalmente. Estas aves pueden ser solitarias, formar parejas, o incluso pequeños bandos, mezclados con otras rapaces, en época de migraciones. El águila culebrera precisa de campiñas abiertas y soleadas, con árboles diseminados o monte bajo. En la Europa central medieval, desde el punto de vista agrícola cubierta de pastizales y con los árboles ya talados, el águila culebrera era nativa de toda ella, aunque no se pueda decir que fuera frecuente en ningún lugar concreto. Con la aparición de los abonos químicos, cada vez fueron más las praderas que se surcaron con el arado, desapareciendo esta gran ave de nuestro alrededor, lo mismo que su comida, los reptiles. Las últimas águilas culebreras fueron abatidas hacia finales del siglo pasado para incluirlas en colecciones científicas, o bien sus huevos fueron sustraídos, sin que nadie dijera una palabra en su defensa.


Nidificación

En cuanto a su reproducción, cuando llega a Europa entre marzo y abril, comienza su época de celo, en la que el macho realiza vuelos en picado y caza para la hembra. Repara sus nidos anteriores, donde incuba en mayo o junio junto a su pareja un único huevo, que eclosiona a los 40 días. El pollo abandona el nido a los 60-80 días.


En la época de celo el macho hace oír su voz, que suena algo lastimera, en el territorio de su nido y ejecuta repetidos vuelos en picado. El nido lo suelen disponer en árboles bajos, en regiones sin árboles o sobre los arbustos que crecen en las grietas de las paredes de rocas escarpadas. Lo construyen ellas mismas. Algunas veces se acomodan en uno de otras aves, que suele resultar soprendentemente pequeño para las grandes dimensiones del águila culebrera. La hembra incuba en mayo y junio, durante aproximadamente 35 a 40 días, un único huevo blanco, cuya longitud supera los 70 mm y, frente a cualquier emergencia, se mantiene casi siempre sobre el nido. El polluelo permanece entre 60 y 80 días en el nido, siendo abrigado al principio todavía por su madre, mientras el padre procura traer alimento para ambos.

Águila culebrera alimentándose

Alimentación

La culebrera es especialista en la captura y deglución de ofidios, sobre todo culebras, que descubre planeando sobre su amplio territorio, y cerniéndose unos segundos cuando localiza a sus presas, a las que aturde con fuertes aleteos, y da muerte con un preciso picotazo en la nuca. También se puede alimentar de ranas, lagartos, algunas aves e insectos.

La joven águila, ya en temprana edad, puede devorar serpientes que pesan mucho más que ella. La parte de serpiente no deglutida le cuelga del pico durante largo tiempo, siendo igualmente engullida, una vez que la digestión va progresando. Los jóvenes son de una tonalidad de color mucho más pálida que los adultos, y presentan una cabeza temporalmente casi blanca.


El águila culebrera se alimenta sobre todo de serpientes. Además, según las oportunidades, come lagartos, ranas, aves que viven en el suelo, caracoles o insectos. Como ave de alimentación especializada, necesita un dilatado territorio de caza que, planeando a gran altura, escudriña en busca de sus víctimas. Una vez ha localizado a una, permanece cernida unos instantes en el aire aleteando. Las águilas culebreras se atreven con serpientes de hasta dos metros de longitud, a cuyo alrededor bailotean dando aletazos, de tal manera que la serpiente no encuentra refugio posible frente a los picotazos posiblemente mortales del águila. Después, el águila la agarra por la nuca y la lucha llega a su fin. Normalmente, las águilas vencedoras emprenden el vuelo con la serpiente balanceándose pendiente de su pico, para devorarla en la copa de algún árbol. Si la serpiente es pequeña, se la tragan en vuelo. El macho puede llevar hasta el nido grandes serpientes metidas en el buche, y el polluelo las saca como si tirara de una cuerda.